El libro sobre el tamaño de mi cuerpo

El peso de mi vida

En todos los años que intenté ocultar, sin éxito, el tamaño de mi cuerpo nunca imaginé que un día escribiría todo un libro sobre de ello. Pero tampoco en ese tiempo imaginé que algún día haría las paces con la comida y mira aquí estoy compartiendo contigo sobre ambas.

Increíble que en este camino también haya resignificado la vergüenza sobre mi cuerpo, de otra forma no estaría aquí.

Crecí como muchas mujeres; sintiendo vergüenza porque mi cuerpo no cumplía con el estándar aceptable y bien visto. Así que no me quedo más remedio que, como todas, empezar a hacer dieta con la ilusión de achicarme y caber en lo que se esperaba de mí.

Dieta tras dieta conseguí los mismos resultados, adelgazar para luego volver a comer como siempre y recuperar el peso perdido.

En todo ese tiempo nunca puse en duda el sistema, estaba segura de que la culpa era mía. Que había algo malo en mí al no poder controlar mi forma de comer y que por más que fuera por mi bien yo volvía engordar.

Entonces si el problema era yo pues lo lógico era que me dedicara a buscar quien “me arreglara” y compusiera esas partes de mí que estaban rotas. Eso fue lo que me llevó a terapia. Y aunque a través de las largas sesiones algunas cosas dentro de mí se iban acomodando bastaba abrir una revista, ver una película o mirar la televisión para recordarme que al no ser como ninguna de las modelos o actrices que veía ahí yo seguía mal. Hasta los avances que sentía que iba experimentando a fuerza del trabajo personal descalificaba porque al final las cosas iban mejor pero el tamaño de mi cuerpo seguía igual.

Por fortuna nunca claudiqué en mis esfuerzos. Curioso que esa sensación de que yo estaba mal fue la que, junto con los kilos extras, me catapultó al viaje más fascinante, el interior y de paso a visitar 50 países en múltiples recorridos que se convirtieron en un acelerador de experiencias y acabaron sumando a las horas de terapia.

Este libro es mi viaje del héroe, una historia personal como la de muchas mujeres. Historias donde parece que no pasa nada, pero una se está consumiendo por dentro.

Cuando finalmente logré conectar conmigo empecé a dudar del sistema y de todo lo que dicen que las mujeres debemos ser. Se dice sencillo, cabe en una frase, pero para llegar ahí tuvieron que pasar casi 50 años.

Mi intención con compartir esa historia es que a ti te lleve menos tiempo amigarte contigo.

Se que nadie experimenta en cabeza ajena, pero ojalá cuando yo estaba en plena crisis y dándome un atracón tras otro hubiera habido toda la información que hoy existe a un clic de distancia. O que al menos hubiera escuchado otras historias de mujeres que estaban pasando por lo mismo que yo para no sentirme tan sola.

Hoy es común ver representación de la diversidad de cuerpos en redes sociales y alguna que otra revista. Falta mucho por hacer, pero al menos ya hay una apertura, esa fue la que a mí me dio el último empujón para salir de ese esquema de la restricción-compulsión que la dieta genera.

Darme cuenta de que no había nada malo conmigo fue la ruta que me llevo a hacer las paces con la comida y con mi cuerpo al grado de escribir unas 300 páginas. A este proceso yo le llamo llegar al Gozo y todos los detalles de ese camino los encuentras en “El peso de mi vida y un poquito más” que ya está a la venta aquí. LINK

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